En la rendición sincera no hay queja. Sólo queda callar.
Y en silencio uno se atenta.
La atención es la ganzúa.
Entonces el viaje empieza.
Y zarpar es lanzar la garra al aire para cazar una estrella
y en el intento el principio se hace verbo
y el mar empieza a moverse.
Zarpar